The new mandarins : how British foreign policy

Desde que Anthony Eden lanzó la Guerra de Suez en 1956, la política exterior de Gran Bretaña no había provocado una controversia tan intensa. Cada declaración del gobierno a lo largo de la reciente crisis de Irak ha resaltado las tensiones del primer ministro Tony Blair para llevar a un país reacio a la guerra. Caminando por la cuerda floja diplomática, ha tratado de equilibrar sus lealtades transatlánticas como aliado firme de Estados Unidos con su promesa electoral de fortalecer la posición de Gran Bretaña "en el corazón de Europa". Cada decisión estaba destinada a tener un impacto serio no solo en el Partido Laborista, sino también entre los votantes británicos comunes, preparados como nunca antes para exhibir sus puntos de vista en las calles.